La pintura en polvo es ideal para proteger y brindar un excelente aspecto a los perfiles, ventanas, marcos, rejas y otros elementos arquitectónicos.
Sin embargo luego de elegir la pintura adecuada y de realizarse una aplicación correcta es importante también el mantenimiento que se realiza.
Requisitos para un desempeño adecuado.
Para asegurarse que un recubrimiento en polvo tenga un desempeño adecuado en elementos de construcción es necesario que se cumpla lo siguiente:
- → Un espesor de film de entre 40 y 120 micras.
- → Cobertura y sellado correcto de las juntas y encuadres de los elementos.
- → Limpieza frecuente.
- → Reparación de daños producidos durante su vida útil.
Los dos primeros puntos deben cumplirse durante la fabricación y colocación de los elementos.
Pero más allá de la calidad de la pintura en polvo utilizada hay algo fundamental que es necesario realizar para que el perfil o elemento arquitectónico tenga la vida para la que fue diseñado: el mantenimiento.
El mantenimiento
Comprende como dijimos, la limpieza y la eventual reparación de defectos producidos sobre la superficie.
El mejor método de limpieza es un lavado regular del recubrimiento utilizando una solución tibia de agua con un detergente suave.
Todas las superficies deberían ser limpiadas con un trapo suave, esponja o cepillo de cerda natural.
En caso de necesitar solventes para mejorar la limpieza no utilizar nada más fuerte que alcohol blanco.
Nunca utilice líquidos conteniendo hidrocarburos clorados (tetracloruro, etc.), ésteres, acetonas o limpiadores abrasivos.
Recomendaciones
Cuando realice la limpieza de la perfilería recuerde:
- Evite dañar la película protectora.
- Asegúrese de que los frentes sean correcta y puntualmente limpiados.
- Inspeccione los frentes luego de 1 ó 2 limpiezas.
- Cuando limpie los cristales utilice productos que no afecten el resto de los componentes de la perfilería (p. ej. sellantes).
- Cuando efectúe la limpieza, utilice utensilios que no rayen, dejen marcas o afecten los componentes. Es suficiente utilizar paños suaves, no utilice cepillos de alambres, viruta de acero o papel-lija.
- Utilice limpiadores de pH neutro.
- Enjuague cuidadosa y abundantemente los frentes con agua.
- Preste atención a los distintos accesorios de los cerramientos, manijas, cerraduras, juntas, protecciones, etc. Muchas veces en los tiradores, manijas y otras piezas se inician puntos de corrosión que luego afectan a todo el cerramiento.
Frecuencia de la Limpieza
La frecuencia de la limpieza depende de diversos factores que incluyen:
- La apariencia requerida.
- La localización geográfica.
- El ambiente en el cual se encuentra ubicado el perfil. Ejemplos: industrial, marítimo, campestre o combinaciones de estos.
- Nivel de contaminación atmosférica.
- Vientos predominantes.
- Protección del edificio por otras construcciones.
- Erosión de partículas llevadas por el viento. Ejemplo: arena, polvo, etc.
- Cambios en las condiciones del ambiente durante la vida del recubrimiento del perfil.
En ambientes agresivos es normal una frecuencia en la limpieza de al menos una vez cada tres meses.
Si la zona es de elevada polución atmosférica o se da una combinación desfavorable de los factores descritos con anterioridad es necesario acortar este período.
En lugares donde la atmósfera se puede considerar no agresiva, por ejemplo ambientes rurales o zonas urbanas normales el período entre limpiezas puede extenderse hasta un máximo de 12 meses. De todas formas si hay una deposición de suciedad sobre el perfil es necesario reducir dicho periodo.
Tabla – Guía
A modo de guía se puede plantear el siguiente esquema:
Ambiente | Frecuencia de Limpieza y Revisión |
Normal | 12 meses |
Marino, Industrial o una combinación de ambos | 3 meses |
Áreas de piscinas | 6 meses |
Reparación de los Defectos
En cuanto a la reparación de defectos que puedan producirse durante la vida útil del perfil – mucho depende la metodología de la extensión del daño – aconsejamos consultar la manera de proceder al fabricante del perfil o de la pintura.
De todas formas los lineamientos generales comprenden un desengrasado sobre la zona, posterior lijado sobre la imperfección para quitar posible formación de óxido (papel de lija al agua grado 320-400) y la limpieza con trapo suave de restos de abrasivo seguido de la reparación adecuada recomendada.
Es posible realizar retoques, en los casos en que el daño sea menor, con una pintura líquida de buena solidez a la luz como por ejemplo una pintura alquídica.